Rosette y su pasión... el América
NUEVEQUINCETLAXCALA
Y cuando su equipo juega el clásico contra el Guadalajara, los cuatro portan la playera de sus gloriosas águilas.
Ellos saben que el América es el equipo más odiado de México, pero eso, poco les importa es el club de sus amores; el equipo con más títulos en México, trece en total.
Melquiades Borja Rosette le va al equipo azulcrema desde que vio en la televisión al brasileño José Alves Zague, "El Lobo Solitario", desde entonces se encariñó con este club con sede en la Ciudad de México.
En el juego ante las Chivas, reunió a la familia para seguir por la televisión el desenlace de la semifinal.
Así fueron a dejar la cruz al panteón municipal en el cabo de año.
Y es que cuando se trata de enfrentar a las Chivas Rayadas del Guadalajara, -el clásico de clásicos del futbol mexicano, como lo han denominado los expertos- la adrenalina sube y cada minuto de juego se vive con pasión; todos pendientes en la transmisión de radio, facebook y televisión.
"Se puede perder un partido ante cualquier equipo, pero ante las Chivas su acérrimo rival, está prohibido", dijo Melquiades.
Y agregó que la frase es contundente, la misma que los que conocen de futbol: "al América o lo amas o lo odias, no hay más… lo tenemos bien claro y siempre será así", expresó previo a la semifinal de vuelta de la Liga Mx.
"Fuí árbitro de tercera división, pero soy americanista desde que tengo uso de razón, con el "Lobo Solitario", Enrique Borja, Carlos Reinoso, Brailovsky, Zelada, Tena, Bravo y Ortega, luego, con Zague, Cuauhtémoc Blanco y Benitez, hasta los más recientes como Agustín Marchesín, Guido Rodríguez, Guillermo Ochoa, 'Cabecita' Rodríguez y Álvaro Fidalgo", refirió.
Y rememoró que su esposa doña Blanca Lilia Rosette era fiel seguidora del Puebla, cuando jugaba contra las Águilas, "aunque después compartía sentimientos".
Jorge Borja Rosette, hijo de Melquiades es un hombre jubilado de la empresa Volkswagen, con su futbol dinámico y vertical como goleador, ya se ganó el cariño de los tlaxcaltecas.
Él se casó con Elizabeth Tapia Ambríz, una mujer proveniente de una familia futbolera y apasionada, también del Club América.
Con el paso del tiempo
nació su primera hija a quien pusieron por nombre América, años después vino al mundo Jordi Arturo, un apasionado impulsivo que nunca deja de impulsar a su equipo: "¡el que no brinque es chiva!".
América procreó a hijos Erick y Julio que siguen la tradición del americanismo. Ya juegan en sus categorías, uno como portero-delantero y el otro creativo en la media cancha.
En el juego ante Guadalajara, un error del español Álvaro Fidalgo los dejó fuera de jugar la final en busca del campeonato por la 14.
Desde la tarjeta roja -después de consultar al árbitro asistente de video- mostrada por Victor Cáceres al español, Chivas se adueñó del partido.
Roberto Alvarado, "el Piojo", aprovechó los espacios que el rival dejó en la cancha, dos asistencias de lujo para gol y para su estadística personal.
Ahora, el mayor remedio a esta derrota deportiva es el tiempo, el que olvida todo, casi todo.
"Empezamos confiados con el marcador a favor de dos goles, vivímos con intensidad el juego en la televisión, (los jugadores) nos habían acostumbrado a los triunfos, pero así es el futbol, Chivas es un digno finalista", expresó el hombre de ojos de color, muy querido por su familia.
Al final, a mujeres, niños y hombres de la familia Borja Rosette, les invadió la tristeza. "Vuelta a la página porque se perdió una batalla, más no la guerra", expresó Melquiades alentando a sus descendientes.
Elizabeth ofreció mixiotes a sus invitados, entre los que se encontraban sus cuñadas y compadres Gerardo Vargas Labastida, ex participante rapero de un programa en Televisión Azteca y su esposa Rocío Goiz.
Vargas compartía el baile en la pista con Sergio Enrique, un hombre de tez clara, barba y complexión delgada, pero de mucha fuerza al que se le recuerda por su alegría.
Y efectivamente como lo dijo el cronista deportivo, Fernando Marcos: "el último minuto también tiene 60 segundos”, esto, como una advertencia a los equipos confiados que aflojan el paso.
La noche del domingo, Chivas, -el equipo con más afición en México- vivió con pasión la final ante Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Al final perdió en casa y la afición lloró; la venganza deportiva llegó.
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