Adiós Jefecita:
expresó
Osiel Pérez a su
madre
NUEVEQUINCETLAXCALA
El último adiós |
Tomó
una rosa entre sus manos, se acercó al sepulcro y, en voz baja expresó: “adiós
Jefecita”.
Así,
despidió Osiel Pérez Hernández a su madre Heber Hernández Rojas en el panteón de
San Gabriel de la Capital de Tlaxcala, que ya desde el miércoles anterior acusaba
una enfermedad.
“Los médicos del ISSSTE en Tlaxcala, no sirven
para nada, no actuaron rápido, mi Jefecita se pudo haber salvado, pero esto es así;
no queda más que aceptar la realidad”, critica “El Oso” como le llaman sus
amigos a la institución de Salud.
La
mañana del martes, el anuncio en el ISSSTE se hizo oficial, la señora de 71
años de edad, había fallecido.
Hasta
que vino la resignación.
Y
de inmediato, vinieron las condolencias, las muestras de solidaridad hacia la
familia, por la partida terrenal de su ser más querido, su madre.
Entonces,
compañeros del trabajo, vecinos, amigos y parientes cercanos a la familia,
acompañaron con rezos en San Gabriel, donde vivía.
En
las redes sociales, también fue notorio el respaldo y muestras de apoyo y
cariño hacia los siete hermanos.
“En
estos momentos no hay palabras de consuelo por la pérdida de la persona más
amada por ustedes, la que los llenó de amor, consejos, sólo el tiempo logrará
mitigar el dolor; el recuerdo de ella, estará siempre en vuestros corazones;
estamos con ustedes, los amamos”, escribió Rebeca Pérez, minutos después de
conocer la noticia en la cuenta de facebook de Osiel Pérez Hernández.
Así,
fue toda la noche hasta las primeras horas del miércoles.
Y
las horas se hicieron días, entre abrazos y saludos; entre flores y cirios, con
música y con la lectura de la Biblia, con el cuerpo presente, pasó el tiempo.
Y
vino la reflexión, una madre es: “la que da dirección a sus hijos”, Proverbios
1:8 y 6:20; “la que guía los caminos de su casa y es trabajadora”, Proverbios
31:27; “es una mujer de oración”, Hechos 12:12; “es proveedora”, Proverbios 31:15;
“protege la familia”, Proverbios 31:21; “habla de la sabiduría y clemencia de
Dios”, Proverbios 31:26; “no teme”, Exodo 2:2, “actúa decisivamente y es ingeniosa”,
Éxodo 2:3.
En
fin, una madre es una fuente sin fondo de amor incondicional, protección,
guianza espiritual y sabiduría hacia su familia.
Pasado
el mediodía, de ayer, el féretro de doña Heber, salió de su hogar a hombros,
cargado por sus seis hijos entre las calles de la pequeña comunidad.
Ayer,
fue sepultada la señora Heber Hernández Rojas, le acompañaron sus siete hijos.
Entre
cánticos y oraciones, arribó el cortejo fúnebre al filo de las 13:00 horas.
Madre... ¡Hasta Pronto! |
Hasta
su morada final en la tierra, también acudieron familiares, amigos y pastores
de la iglesia para despedirla.
Siempre
líder, como en el terreno de juego y como maestro de educación física con sus
alumnos, Osiel tomó la batuta, tomó decisiones previo a la sepultura.
Cuando
su madre iba en descenso hacia el sepulcro, tomó del brazo a su única hermana y
la abrazo, pidió a los seis hermanos hicieran lo mismo.
En
ese instante, antes de que el féretro desapareciera de su vista, tomó una rosa
roja, le dio un beso y con su mano derecha la tiró hacia su madre, el ser más
querido, al que por última vez vio al lado de sus hermanos.
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