UNA DE ÁRBITROS
¡Arroceros! el fútbol
más que una religión
Y Erick nunca dejó de correr por los balones en el estadio Isidro Gil Tapia
NUEVEQUINCETLAXCALA
Don Guillermo San Miguel a sus 78 años es una muestra de ello, sus acciones lo dicen todo.
Jugó fútbol de llano, pero a buen nivel, conoce el estadio Isidro Gil Tapia, casi desde que se fundó.
Y ahí, se siente útil, es el encargado de acceder a los representantes de los medios de comunicación y gente de pantalón largo a la cancha, previa autorización.
"Aquí apoyamos al equipo por servicio, pago mi
En la memoria de don Memo, (como le dicen sus amigos de cariño), tiene registrado cada momento del Cuautla, en cada división de descenso, ese amado equipo blanco-verde-amarela reforzado, pero que nunca ha sido campeón.
En ese desigual pasto natural, él, ha visto crecer a destacados jugadores como Oribe Peralta, Héctor Herrera y el más reciente, Suker Estrada, capitán de zurda diestra con el cuatro; una joya en la zaga, derroche de talento.
Y bajo la vieja y deteriorada techumbre de la tribuna, los aficionados son alentados por los cronistas de la transmisión facebookera: Impacto Deportivo Cuautla, bajo el mando de Ricardo Solano, no pararon de apoyar al "¡Arrooooceeeeros"!; la fanaticada lo hizo a su modo, con cánticos, música viva de banda y cohetones aéreos.
Otros más, conocedores del balompié, se deleitaron con las pinceladas de Paco Hurtado.
En las gradas, no podían faltar los famosos chicharrínes preparados con tomate, mantequilla, aguacate, cueritos y salsa Búfalo, unas bien heladas para mitigar los 26 °C, sensación térmica bajo la sombra.
En el deteriorado terreno de juego, los jugadores respondían al aliento de los aficionados, con juego de conjunto, aunque sin definición en los primeros 40 minutos.
EL DEBUT
Desde un lugar preferencial de la tribuna, el maestro del arbitraje, Cristos Torrentera, asesor adscrito a la Comisión de Árbitros, dio seguimiento al trabajo del equipo arbitral.
Como cuarto árbitro, el meticuloso Jonathan Betancourth.
Un encuentro en apariencia fácil, porque los visitantes no traían mucho, según la posición en que se ubican en los últimos lugares.
Un equipo arbitral que mostró oficio, aunque falto en puntos finos del Reglamento… el árbitro andaba cerca, bien ubicado en las jugadas ofensivas del Cuautla.
El cuarto árbitro fuera y dentro, previno detalles
Entre el balón y cada asistente el médico de profesión, permitió visión en la toma decisiones, la mayoría coordinadas.
Trabajaron para una causa, con un arbitraje preventivo; partido bajo control en disciplina.
Al minuto 34, -con juego empatado a cero goles-, en una acción de ataque por el lado izquierdo, vino la primera anotación arrocera.
La acción fue invalidada por Jesús Arturo Baños Ortega, infracción a la Regla XI.
Fue señalada la posición de fuera de juego, porque el atacante se encontraba más cerca de la línea de meta adversaria que el balón, al momento del toque de uno de sus compañeros. Así se observó.
Los recuerdos de madre hacia el asistente de Tlaxcala, vinieron enseguida, el juego se calentó en la tribuna y en la cancha.
Poco a poco los locales ganaron posesión del balón, hasta que vino una falta grave de la Regla XII, dentro del área de penal y sancionada por Morales con pena máxima. La acción le quedó sobre su diagonal imaginaria a unos cinco metros. Los defensores lo discutieron.
Para entonces, el juego definía rumbo y él no perdía detalle, muy cerca de cada acción, con visión de campo e inteligente para decidir, con conocimiento de Reglamento. Apenas tres tarjetas preventivas.
Mauro Chaltell ya con camino recorrido en la Liga Premier, tuvo un segundo tiempo movido, decidió dos goles y ayudó a controlar a unos desesperados visitantes.
El apoyo de los aficionados a sus héroes en la cancha, ya tenía frutos, arriba la pasión desbordada, abajo el buen fútbol, ese que podría ser de oncena finalista en esta Liga de reciente creación.
Arroceros suma 20 puntos y un juego pendiente, instalado en la tercera posición del Grupo B.
Y el capitán Suker Estrada (muy pronto estará en Primera División) desde la zaga, lanzaba pases magistrales por izquierda y por derecha. Fue un deleite verlo jugar. Final 3-0.
Mientras, en las inmediaciones de la cancha, un menor de primero de secundaria de nombre Erick San Martín, era el recogebalones principal. El que más corría fuera de la cancha; una labor insustituible.
De hecho, Chaltell confió en el balonero de las fuerzas básicas de Arroceros, para que reuniera los tres balones, previo al tiro reglamentario de tiros desde los once metros.
El ímpetu de este menor, quien se cubría del calor con una boina negra, estilo de torero, fue notorio, su equipo iba ganando y se mostraba feliz.
El juego había terminado, la fiesta en la grada seguía, en la cancha bajaron los familiares de los protagonistas para tomarse la selfie del recuerdo. Todo era felicidad, como don Memo, quien sueña con un campeonato del Cuautla.
De pronto, todo regresó a la realidad, que deje de ser un sueño todo esto, coinciden algunos, al calor de las chelas heladas.
Que el alcalde de Cuautla, el morenista, Rodrigo Luis Arredondo López, pague la nómina de jugadores, prestadores de servicios y que rehabilite el estadio. La conclusión.
Los árbitros morelenses, mexiquenses, poblanos y tlaxcaltecas, han cumplido.
Ya de salida, un veterano aficionado xautlense, al ver el vehículo con placas foráneas de los árbitros, expresó a su compadre quien iba de copiloto: "estuvieron bien, imparciales, no hay nada qué criticar, regresen pronto".
"¡Gracias!, alcanzó tímidamente a decir uno de los árbitros, desde el interior del vehículo, luego, el regreso a casa.
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